sábado, 17 de marzo de 2012

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Te quiero

La composición pertenece a Los placeres prohibidos (1931), obra en la que el poeta se acerca más al surrealismo y expone su inclinación amorosa. Podría decirse que Cernuda ha sido uno de los poetas que mejor ha expresado el sentimiento amoroso. Lo hace con total sinceridad desde edad muy temprana. Se mantuvo dentro de la discreción pero no dejó de aportar con claridad que escribía sobre el amor homosexual.

Plasma las diferentes formas de expresar un sentimiento, en este caso el amor, aludiendo para ello a elementos de la naturaleza como el sol, las nubes, el viento… y también a estado de ánimo como el miedo, la alegría… Cernuda nos describe cómo podemos decir “te quiero” y cómo necesita decirlo incluso con la propia muerte, mostrando así la trascendencia eterna de este sentimiento.

Cernuda utiliza versos de arte mayor, con uso mayoritario del dodecasílabo, con rima libre. Las estrofas son breves preferiblemente de tres versos.

El autor organiza las diferentes ideas del poema mediante recursos morfosintácticos como el paralelismo que a través de la repetición de la estructura permite remarcar la idea que pretende transmitir con la idea que pretende transmitir como en los versos: “Te lo he dicho con el miedo,/Te lo he dicho con la alegría”. La anáfora, al repetir las mismas palabras en dos versos contiguos refuerza una idea, en estos versos realza al receptor o el destinatario del poema, ya que ese pronombre de segunda persona muestra a quien va dirigido ese “te quiero”. La elipsis al suprimir algún elemento en un verso: “Te lo he dicho con la alegría, / Con el hastío, con las terribles palabras”, que permite dar agilidad al poema. Por último el encabalgamiento, completa el significado de un verso con el siguiente: “Te lo he dicho con el sol, / que dora desnudos cuerpos juveniles”.

También usa recursos del plano semántico como la personificación: “Que se cubren de rubor repentino”, simbolizando la vergüenza de las plantas, en: “tristezas fugitivas” aludiendo a las nubes “leves criaturas transparentes” para las plantas  símil en: “O iracundo como órgano tempestuoso”. La antítesis en “Te lo he dicho con el miedo/ Te lo he dicho con la alegría” permite marcar la contradicción propia de los enamorados.
En cuanto al análisis lingüístico destaca el uso del sustantivo, agrupado en dos campos semánticos claramente diferenciados: el de los sentimientos y el de los elementos naturales. Oponiendo el uso de sustantivos abstractos en el primer caso: melancólicos, miedo, alegría… y en el segundo caso con el uso de sustantivos concretos: viento, sol, nubes…

En poema permite ver la técnica surrealista, con acompañamiento de imágenes, y se muestra un rasgo muy típico de su poesía escrita, en la juventud, que son los poemas sin encabezamiento, utilizando el primer verso como título. El poeta expone y define su inclinación amorosa con un concepto del amor como algo platónico y contemplativo.





Donde habite el olvido

Este poema forma parte de Donde habite el olvido (1932-1933), una de sus obras más prestigiosas y reconocidas que se encuadra en la producción de los años 30, en la que elabora algunos de sus poemas más destacados. El libro nos señala de modo claro, donde se haya la inspiración y el profundo aprendizaje de Cernuda. Esta composición no puede entenderse sin la lectura de la rima LXVI de Bécquer, de la que el poeta toma sus versos.

Como su titulo indica, este poema trata del olvido, aludiendo a que este perviva en un lugar irreal, donde todo es diferente a lo común.

Reflexiona sobre dónde se encuentra ese lugar, donde queda la memoria, tras la desaparición de las personas. Este pensamiento es paradójico porque el olvido no puede habitar en lugar alguno.

En los versos más breves se puede apreciar una gran intensidad poética, porque todos empiezan con el donde y así logra plasmar esa pregunta interna.

Nuevamente, como en los poemas de su juventud, la primera frase da titulo a la obra, adelantando así el titulo del poema.

En cuanto a los recursos como en la mayoría de sus composiciones se aprecia el uso de metáforas como por ejemplo: “Memoria de una piedra sepultada entre ortigas”, que intensifica el sentimiento del olvido. La personificación de sentimientos abstractos,  como: “Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios”. La contrariedad de términos: “Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento” o el uso de anadiplosis al repetir una palabra al principio y al final de un verso:  “Disuelto niebla, ausencia/Ausencia leve como carne de niño” que aporta intensidad a ese sentimiento del olvido y la ausencia  mediante la repetición  de esta palabra. Destaca además el uso de la paradoja: “Sometiendo a otra vida su vida” para acentuar el sentimiento de dar la vida propia con el fin de una causa externa.

Con respecto al lenguaje poético es preciso, sencillo, intenso y profundo. Cernuda hace una valoración de sus experiencias pasadas en este libro. Es un libro triste porque el olvido del amor es una forma de recuerdo y dolor en el presente.

La repetición de estructuras lingüísticas similares son las que aportan la carga estilística y poética al problema. “Donde habita el olvido” es una oración subordinada convertida en la base de la composición, en la oración principal por la importancia que adquiere.



Pasatiempo.

Este poema lo escribe Cernuda durante los último años británicos y los primeros norteamericanos y pertenece a Vivir sin estar viviendo (1944-1949) que demuestra el sentimiento afónico del propio Cernuda en esta etapa.

Es una reflexión sobre los problemas de la vida y sobre la posibilidad de que el amor pueda detenerlos.

El poema gira en torno a esta idea tratando del exilio en el primer verso al hablar de la tierra perdida y del trabajo mal pagado. Después se pregunta qué hacer y contempla la posibilidad de que en amor pueda mejorar las cosas.

Nos permite estructurar estas dos ideas diferentes aunque claramente relacionadas: el pesimismo con la queja y el optimismo con la solución al encontrar el amor.

Sus versos son de arte menor, heptasílabos con rima consonante, rimando todos entre si. Las estrofas son todas de tres versos y muy breves.

En este poema se acentúa el cambio experimentado en Cernuda, reflejado en la métrica mediante el uso de estrofas conocidas y la ausencia de rima libre, tan característica de sus composiciones anteriores.

Podemos encontrar en este poema diversos recursos tanto en el plano morfosintáctico como en el semántico, siendo muestra de ello la metáfora: “Con moneda de viento”, incluso el uso de la pregunta retórica para resaltar la duda: ¿Qué hacer entonces, dices, / cuando nada te asiste/ Y el tiempo te desvive?; en estos versos también se encuentra el encabalgamiento al dividir la pregunta en tres versos y hipérbaton al alterar su estructura.

En cuanto al plano lingüístico, predominan las oraciones breves simples, debido a los versos cortos que estructuran el poema, que confieren rapidez y agilidad al poema. Los verbos en presente, actualizan la composición, aunque se percibe un tono pesimista debido a términos como, perdido, olvidado, herido…

En conclusión, este breve poema escrito en el exilio muestra alguna de las inquietudes y sentimiento que afligen al poeta durante su vida.


Niño tras un cristal

Este poema pertenece a último libro de Cernuda: Desolación de la Quimera, en la que el poeta hace una revisión de cuentas con su pasado y el gran recuento de todo su ser. Es un libro breve, 81 páginas en el que junto a sus temas básicos, también aparece el tema de la España lejana.

Se puede percibir una reflexión sobre la inocencia y en esta composición alude a que todos los mayores tienen un niño en su interior. Para tratar este tema habla de un niño, que representa la inocencia, y de la vida real que aguarda tras el cristal, para ello describe como ve el exterior.

Es interesante ver como Cernuda ya en el culmen de su vida, refresca el recuerdo de su niñez, de acuerdo con que la infancia es la única patria del hombre, esa patria que realmente le interesa recuperar. Evoca al Cernuda niño, que encerrado en su habitación contemplando la lluvia tras el cristal.

Para ello, en cuanto a la métrica, usa rima libre y versos de arte menos, como heptasílabos y octosílabos. Asimismo se aprecia una brevedad de versos e ideas, con el uso de frases simples y de fácil entendimiento que se puede relacionar con la infancia y su vivencia exenta de peligros o inquietudes.

Sin embargo podemos dividir el poema en dos partes, las tres primeras estrofas que describen el ambiente, esa habitación que es reflejo ante cualquiera opresión exterior, y donde alienta sus fantasías, donde lee y contempla las ilustraciones de lugares en los que le gustaría vivir. La última estrofa y verso final, realizan una alusión al futuro, a la vida real que hay fuera, tras el cristal.

Usa la antítesis para contrastar dos ideas diferentes: “La lluvia blanca con el aire oscuro”. Metáfora como: “Le envuelve tibiamente” y el símil: “Sobre el cristal, como una nube” para remarcar la ligereza del visillo. Como el la mayoría de sus poemas se encuentra la personificación: “Le susurra lunar encantamiento” y el encabalgamiento: “La tregua, con el libro/De historias y de estampas”. En la estructura se observa un desorden de la frase: “Vive en el seno de su fuerza tierna, /Todavía sin deseo, sin memoria, / El niño, y sin presagio”. Con la enumeración Cernuda al  igual que Machado o Lorca alude a la infancia como es patria a la que siempre hay que volver.

El poeta recuerda a ese niño feliz “todavía sin deseo, ni memoria” que no consciente de esa vida que espera fuera “al acecho”.




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