domingo, 18 de marzo de 2012

Conclusión personal

Desde mi punto  de vista Cernuda ha sabido expresar de manera muy precisa el sentimiento del amor, tanto es sus poemas iniciales como en los finales. Creo que su singularidad es difícil de encasillar, pero su poesía es de altísima calidad y su influencia se percibe en no pocos poetas de las promociones más recientes.
En conclusión final, me ha gustado mucho su obra y no me ha resultado una muy difícil de comprender, aunque sus poemas de Desolación en la quimera me han parecido más complejos que los anteriores.

sábado, 17 de marzo de 2012

Relación con la concepción global de la Generación del 27 y con sus integrantes

Tras unos primeros poemas muy en la línea de Jorge Guillén, con versos que se inician con letra mayúscula igual que los del autor vallisoletano, y composiciones muy regulares y de tradición renacentista en un segundo libro, Cernuda empieza a definir su estilo, muy próximo al surrealismo, con poemas de gran intimidad y de una sensibilidad romántica, cercana a la de Bécquer, una de sus primeras lecturas, que cuajará en libros como Donde habite el olvido: poemas cortos, sin rima, de gran intensidad lírica, con títulos en letras romanas y metros con tendencia al heptasílabo y al endecasílabo.

Más tarde, con el poemario Los placeres prohibidos, el verso se dilata, aunque no llega a los excesos de Aleixandre, y los temas se oscurecen por la indagación en la propia intimidad del poeta y en las bases morales que condicionan la personalidad y la identidad sexual. Tras la guerra, el tema del exilio, de la nostalgia, recorre muchos de sus versos, y los rasgos culturalistas se acentúan cada vez más: poemas dedicados a la pintura, a poetas como Verlaine o Rimbaud, motivos exóticos o el correlato de Sansueña como nombre para una España idílica rememorada a través de sus composiciones. 

El verso adquiere poco a poco un tono conversacional, muy próximo a la lírica inglesa, con versos largos pero con giros coloquiales y conversacionales que le permiten hablar sin tapujos ni lirismos gratuitos de su intimidad, llegando a escribir poemas descarnados, coloquiales en cuanto a sus recursos pero muy críticos con aspectos de la sociedad o hacia la hipocresía de otros poetas.



De los poetas de esta generación, Luis Cernuda mantiene relación con Pedro Salinas, ya que fue uno de sus profesores en la Universidad de Sevilla, además de que lo ayudó con sus primeras publicaciones. También solían a las tertulias literarias organizadas por este.

En 1927 Cernuda publica su primer libro lírico, Perfil del aire en la imprenta malagueña de Prados y Altolaguirre, pero es atacado por  Juan Ramón Jiménez,   quién considera a este libro demasiado influido por Jorge Guillén.

En 1928 fallece su madre, visita a sus amigos malagueños (Altolaguirre, Prados, Méndez e Hinojosa); marcha a Madrid, donde conoce a Vicente Alexandre.

Se traslada luego a Madrid en 1929 y allí, desde 1930, trabaja en la librería de León Sánchez Cuesta; asiste a diversas tertulias en compañía de Vicente Aleixandre  y de Federico García Lorca.

Cernuda es incluído en Antología (1932) de Gerardo Diego y colabora además en la revista Octubre de Rafael Alberti (1933).

Influencia de Cernuda en la poesía española posterior

La influencia de Luis Cernuda es patente en un grupo de autores, surgidos en los años 50 dentro de la poesía social, que se encargarán de renovar el ambiente poético: Ángel González, José Ángel Valente, Francisco Brines, Jaime Gil de Biedma y Claudio Rodríguez.. Cernuda influye sobre todo en los más jóvenes, Francisco Brines y Claudio Rodríguez.

En 1970  José María Castellet publica la antología Nueve novísimos poetas españoles, en la cual  los autores más significativos son Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pedro Gimferrer, Guillermo Carnero, Ana María Moix o Vicente Molina Foix.  Estos autores aportan una nueva sensibilidad; su educación incluye elementos nuevos: cine, tebeos, nuevas músicas (jazz, pop), admiran a Aleixandre y Cernuda.

Cernuda también ha influído en la revista  Cántico (1947), revista cuyo principal representante es Pablo García Baena, y cuyo tema fundamental es el amor y habitualmente trata de amores prohibidos. 

Comentarios

Te quiero

La composición pertenece a Los placeres prohibidos (1931), obra en la que el poeta se acerca más al surrealismo y expone su inclinación amorosa. Podría decirse que Cernuda ha sido uno de los poetas que mejor ha expresado el sentimiento amoroso. Lo hace con total sinceridad desde edad muy temprana. Se mantuvo dentro de la discreción pero no dejó de aportar con claridad que escribía sobre el amor homosexual.

Plasma las diferentes formas de expresar un sentimiento, en este caso el amor, aludiendo para ello a elementos de la naturaleza como el sol, las nubes, el viento… y también a estado de ánimo como el miedo, la alegría… Cernuda nos describe cómo podemos decir “te quiero” y cómo necesita decirlo incluso con la propia muerte, mostrando así la trascendencia eterna de este sentimiento.

Cernuda utiliza versos de arte mayor, con uso mayoritario del dodecasílabo, con rima libre. Las estrofas son breves preferiblemente de tres versos.

El autor organiza las diferentes ideas del poema mediante recursos morfosintácticos como el paralelismo que a través de la repetición de la estructura permite remarcar la idea que pretende transmitir con la idea que pretende transmitir como en los versos: “Te lo he dicho con el miedo,/Te lo he dicho con la alegría”. La anáfora, al repetir las mismas palabras en dos versos contiguos refuerza una idea, en estos versos realza al receptor o el destinatario del poema, ya que ese pronombre de segunda persona muestra a quien va dirigido ese “te quiero”. La elipsis al suprimir algún elemento en un verso: “Te lo he dicho con la alegría, / Con el hastío, con las terribles palabras”, que permite dar agilidad al poema. Por último el encabalgamiento, completa el significado de un verso con el siguiente: “Te lo he dicho con el sol, / que dora desnudos cuerpos juveniles”.

También usa recursos del plano semántico como la personificación: “Que se cubren de rubor repentino”, simbolizando la vergüenza de las plantas, en: “tristezas fugitivas” aludiendo a las nubes “leves criaturas transparentes” para las plantas  símil en: “O iracundo como órgano tempestuoso”. La antítesis en “Te lo he dicho con el miedo/ Te lo he dicho con la alegría” permite marcar la contradicción propia de los enamorados.
En cuanto al análisis lingüístico destaca el uso del sustantivo, agrupado en dos campos semánticos claramente diferenciados: el de los sentimientos y el de los elementos naturales. Oponiendo el uso de sustantivos abstractos en el primer caso: melancólicos, miedo, alegría… y en el segundo caso con el uso de sustantivos concretos: viento, sol, nubes…

En poema permite ver la técnica surrealista, con acompañamiento de imágenes, y se muestra un rasgo muy típico de su poesía escrita, en la juventud, que son los poemas sin encabezamiento, utilizando el primer verso como título. El poeta expone y define su inclinación amorosa con un concepto del amor como algo platónico y contemplativo.





Donde habite el olvido

Este poema forma parte de Donde habite el olvido (1932-1933), una de sus obras más prestigiosas y reconocidas que se encuadra en la producción de los años 30, en la que elabora algunos de sus poemas más destacados. El libro nos señala de modo claro, donde se haya la inspiración y el profundo aprendizaje de Cernuda. Esta composición no puede entenderse sin la lectura de la rima LXVI de Bécquer, de la que el poeta toma sus versos.

Como su titulo indica, este poema trata del olvido, aludiendo a que este perviva en un lugar irreal, donde todo es diferente a lo común.

Reflexiona sobre dónde se encuentra ese lugar, donde queda la memoria, tras la desaparición de las personas. Este pensamiento es paradójico porque el olvido no puede habitar en lugar alguno.

En los versos más breves se puede apreciar una gran intensidad poética, porque todos empiezan con el donde y así logra plasmar esa pregunta interna.

Nuevamente, como en los poemas de su juventud, la primera frase da titulo a la obra, adelantando así el titulo del poema.

En cuanto a los recursos como en la mayoría de sus composiciones se aprecia el uso de metáforas como por ejemplo: “Memoria de una piedra sepultada entre ortigas”, que intensifica el sentimiento del olvido. La personificación de sentimientos abstractos,  como: “Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios”. La contrariedad de términos: “Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento” o el uso de anadiplosis al repetir una palabra al principio y al final de un verso:  “Disuelto niebla, ausencia/Ausencia leve como carne de niño” que aporta intensidad a ese sentimiento del olvido y la ausencia  mediante la repetición  de esta palabra. Destaca además el uso de la paradoja: “Sometiendo a otra vida su vida” para acentuar el sentimiento de dar la vida propia con el fin de una causa externa.

Con respecto al lenguaje poético es preciso, sencillo, intenso y profundo. Cernuda hace una valoración de sus experiencias pasadas en este libro. Es un libro triste porque el olvido del amor es una forma de recuerdo y dolor en el presente.

La repetición de estructuras lingüísticas similares son las que aportan la carga estilística y poética al problema. “Donde habita el olvido” es una oración subordinada convertida en la base de la composición, en la oración principal por la importancia que adquiere.



Pasatiempo.

Este poema lo escribe Cernuda durante los último años británicos y los primeros norteamericanos y pertenece a Vivir sin estar viviendo (1944-1949) que demuestra el sentimiento afónico del propio Cernuda en esta etapa.

Es una reflexión sobre los problemas de la vida y sobre la posibilidad de que el amor pueda detenerlos.

El poema gira en torno a esta idea tratando del exilio en el primer verso al hablar de la tierra perdida y del trabajo mal pagado. Después se pregunta qué hacer y contempla la posibilidad de que en amor pueda mejorar las cosas.

Nos permite estructurar estas dos ideas diferentes aunque claramente relacionadas: el pesimismo con la queja y el optimismo con la solución al encontrar el amor.

Sus versos son de arte menor, heptasílabos con rima consonante, rimando todos entre si. Las estrofas son todas de tres versos y muy breves.

En este poema se acentúa el cambio experimentado en Cernuda, reflejado en la métrica mediante el uso de estrofas conocidas y la ausencia de rima libre, tan característica de sus composiciones anteriores.

Podemos encontrar en este poema diversos recursos tanto en el plano morfosintáctico como en el semántico, siendo muestra de ello la metáfora: “Con moneda de viento”, incluso el uso de la pregunta retórica para resaltar la duda: ¿Qué hacer entonces, dices, / cuando nada te asiste/ Y el tiempo te desvive?; en estos versos también se encuentra el encabalgamiento al dividir la pregunta en tres versos y hipérbaton al alterar su estructura.

En cuanto al plano lingüístico, predominan las oraciones breves simples, debido a los versos cortos que estructuran el poema, que confieren rapidez y agilidad al poema. Los verbos en presente, actualizan la composición, aunque se percibe un tono pesimista debido a términos como, perdido, olvidado, herido…

En conclusión, este breve poema escrito en el exilio muestra alguna de las inquietudes y sentimiento que afligen al poeta durante su vida.


Niño tras un cristal

Este poema pertenece a último libro de Cernuda: Desolación de la Quimera, en la que el poeta hace una revisión de cuentas con su pasado y el gran recuento de todo su ser. Es un libro breve, 81 páginas en el que junto a sus temas básicos, también aparece el tema de la España lejana.

Se puede percibir una reflexión sobre la inocencia y en esta composición alude a que todos los mayores tienen un niño en su interior. Para tratar este tema habla de un niño, que representa la inocencia, y de la vida real que aguarda tras el cristal, para ello describe como ve el exterior.

Es interesante ver como Cernuda ya en el culmen de su vida, refresca el recuerdo de su niñez, de acuerdo con que la infancia es la única patria del hombre, esa patria que realmente le interesa recuperar. Evoca al Cernuda niño, que encerrado en su habitación contemplando la lluvia tras el cristal.

Para ello, en cuanto a la métrica, usa rima libre y versos de arte menos, como heptasílabos y octosílabos. Asimismo se aprecia una brevedad de versos e ideas, con el uso de frases simples y de fácil entendimiento que se puede relacionar con la infancia y su vivencia exenta de peligros o inquietudes.

Sin embargo podemos dividir el poema en dos partes, las tres primeras estrofas que describen el ambiente, esa habitación que es reflejo ante cualquiera opresión exterior, y donde alienta sus fantasías, donde lee y contempla las ilustraciones de lugares en los que le gustaría vivir. La última estrofa y verso final, realizan una alusión al futuro, a la vida real que hay fuera, tras el cristal.

Usa la antítesis para contrastar dos ideas diferentes: “La lluvia blanca con el aire oscuro”. Metáfora como: “Le envuelve tibiamente” y el símil: “Sobre el cristal, como una nube” para remarcar la ligereza del visillo. Como el la mayoría de sus poemas se encuentra la personificación: “Le susurra lunar encantamiento” y el encabalgamiento: “La tregua, con el libro/De historias y de estampas”. En la estructura se observa un desorden de la frase: “Vive en el seno de su fuerza tierna, /Todavía sin deseo, sin memoria, / El niño, y sin presagio”. Con la enumeración Cernuda al  igual que Machado o Lorca alude a la infancia como es patria a la que siempre hay que volver.

El poeta recuerda a ese niño feliz “todavía sin deseo, ni memoria” que no consciente de esa vida que espera fuera “al acecho”.




jueves, 15 de marzo de 2012

Función del poeta en la sociedad y función de su poesía

Debo excusarme, al comenzar la historia del acontecer personal que se halla tras los versos de La Realidad y el Deseo, por tener que referir, juntamente con las experiencias del poeta que creó aquellos, algunos hechos en la vida del hombre que sufriera éstas. (1994, 625)

Así comienza “Historial de un libro”.A lo largo de estas páginas asistimos -con brevedad- a su infancia, a su amistad con algunos miembros de su generación, a sus primeros viajes por el extranjero, a su vida durante la Guerra Civil y por último a su ya permanente exilio, vivido en Inglaterra, Estados Unidos y Méjico. Cernuda, que evita con mucho celo dar datos concretos de su intimidad, sí que ofrece al lector pinceladas sobre algunos de sus afectos y, sobre todo, una cierta descripción de la que él cree que ha sido la progresión de su personalidad a lo largo de los sesenta años de vida. Dicha progresión va muy unida a su percepción de lo que debe ser la poesía y, por tanto, a los poemarios que va publicando.

Al hablar de Égloga, elegía, oda, su segundo libro, lo que Cernuda expresa es que ya en su juventud intuía cuál era su cometido como poeta, aunque no dominase los medios para llevarlo a cabo. Ese cometido es plasmar en la escritura lo que ama, para que otros puedan amarlo también.

 La belleza lo sorprende, lo aturde, y él necesita explicarla, sacarla fuera de sí, para no sentir tal carga y para que otros, a su vez, la puedan apreciar. Pero esa labor requiere un entrenamiento paulatino y sutil, muy difícil de llevar a cabo: el avance progresivo en su técnica literaria y en su propio concepto de poesía.

Cernuda elude con “Historial de un libro” toda elevación academicista de su literatura y se ofrece al lector a través de sus libros, íntegro en poesía y persona.


 La función social del poeta va más allá del hábito de escribir y hacerlo con el conocimiento de técnicas y recursos literarios, sintácticos y gramaticales; su función se relaciona con la capacidad que él tiene para observar (captar) y analizar (cuestionando, incluso) su entorno, a fin de sintetizar su análisis en la expresión poética, cuyo resultado es el poema.

Por su función social, el poeta se parece al filósofo, aunque se expresa de manera diferente. Ambos, poeta y filósofo, poseen las bases, las herramientas, el carácter y el oficio para obtener conocimientos, procesarlos y compartirlos con quien sabe acercárseles. La diferencia está en que el filósofo es teórico y se expande en su expresión (argumenta), mientras que el poeta es práctico y sintético, condensa su expresión en imágenes con las que sensibiliza o a su lector o auditorio y, a la vez, enseña apercibir y a aprehender la sabiduría (esencia de lo cotidiano).
El poeta enseña a no “quedarnos insensibles ante lo que nos parece obvio”.
Son, pues, los poetas, sabios hacedores o creadores de mundos que, si bien imaginarios, parten del análisis y síntesis de la realidad diaria en la que cada lector es sorprendido, en su ingenuidad (virginal estado de los aprendices del universo), con la refulgente y certera voz de los poetas, quienes esgrimen sus palabras como espadas desenvainadas desde la capacidad de invención para liberar emociones, las de los autores, que por empatía terminan por hacer suyas los espectadores.

sábado, 10 de marzo de 2012

Obra no poética

Obsesionado con sus recuerdos sevillanos, elabora en prosa Ocnos (1ª ed. en 1942, luego ampliada: 1949 y 1963), esencial para entender su mitología del Edén perdido. 
Asimismo escribió Variaciones sobre un tema mejicano (1952), libro de pequeñas composiciones en prosa a la manera de Ocnos pero más poético. También publica: Pensamiento poético en la lírica inglesa (1958) y elabora trabajos de obra crítica como Estudios sobre poesía española contemporánea (1957), o Poesía y literatura, I y II (1960 y 1964) que, más allá de algunas arbitrariedades, ha permitido revisar tópicos y estimaciones. En 1985 se editó su única obra de teatro, La familia interrumpida, escrita aproximadamente en 1937.







Influencias de Cernuda

Entre las presencias de la tradición que más claramente se ven en sus poemas encontramos:


1. Garcilaso.- Tanto por su métrica (como se ve en el libro Égloga. Elegía. Oda), como por sus temas (el amor, la visión idealizada de la naturaleza y la presencia de la mitología clásica).


2. Bécquer, y los poetas que inician el Simbolismo (Baudelaire, Paul Verlaine, Paul Valéry, Mallarmé, Friedrich Hölderlin -sugerencia: leer los textos de Poesía Romántica, en la etiqueta Textos Literatura Universal de este blog) que le aportan el concepto del poeta como un ser sobrenatural que tiene la capacidad de percibir lo que otros no pueden.


3. Los poetas platónicos (Fray Luis de León, T.S. Eliot), le aportan la visión de la naturaleza como un mundo de orden y paz, frente al caos humano.


4. En Historial de un libro señala asimismo el influjo que ejercieron sobre él la poesía de los poetas metafísicos ingleses, la de Hölderlin y la de Constantino Kavafis.


Junto a todas estas presencias de la tradición cultural europea, Cernuda también tendrá en cuenta la obra de sus contemporáneos:


1. Juan Ramón Jiménez, por la visión subjetiva de la realidad y por la idea de que la verdadera literatura es aquella que se dirige a la esencia de las cosas, eliminando la superficialidad.


2. Los poetas del 27 le enseñan a enfrentarse a la obra literaria desde la perspectiva del Surrealismo.


En la poesía de Cernuda, en fin, la presencia de la tradición se conjugará con la originalidad de su aportación, fruto de sus peculiaridades biográficas.